¿Qué pasará si no nos oponemos a la industria tabacalera?
Por Michael Davoli
Con cada propuesta para limitar el impacto peligroso del tabaco en nuestras comunidades a través de restricciones en las ventas y regulaciones más estrictas, la industria tabacalera y sus partidarios afirman, sin pruebas, que tales propuestas tendrán consecuencias imprevistas graves. Durante años, la industria tabacalera ha atacado cualquier intento de reducir el consumo de tabaco en la ciudad y en el estado de Nueva York, oponiéndose a los esfuerzos de los líderes comunitarios y de los grupos de salud pública para, por ejemplo, prohibir fumar en bares y restaurantes. En la actualidad, la industria tabacalera continúa oponiéndose a las propuestas estatales y locales para poner fin a la venta de cigarrillos mentolados junto con todos los demás productos de tabaco aromatizado y para aumentar el impuesto sobre los cigarrillos. Los defensores de la industria tabacalera advierten sobre lo que puede suceder si nos enfrentamos a dicha industria y promulgamos regulaciones más estrictas sobre sus productos mortales.
Mi pregunta a los líderes estatales es ¿qué sucederá si no hacemos frente a la industria tabacalera? Quiero presentar un panorama de cómo será la situación para los residentes de Nueva York si la legislatura estatal no promulga un cese integral a la venta de todos los productos de tabaco aromatizado, incluido los productos mentolados.
Un análisis del Registro de Cáncer del Departamento de Salud del Estado de Nueva York muestra que, entre 2015 y 2019, un promedio de 46,417 personas cada año en el estado de Nueva York fueron diagnosticadas con un cáncer relacionado con el consumo de tabaco, y 13,638 personas murieron a causa de un cáncer relacionado con el consumo de cigarrillos; mientras que en la ciudad de Nueva York, a 16,861 personas en promedio cada año se les diagnosticó un cáncer relacionado con el consumo de tabaco, y 4,833 personas murieron a causa de un cáncer relacionado con el consumo de cigarrillos. Cuando se incluyen todas las enfermedades y padecimientos relacionados con el tabaquismo, como cardiopatías, derrames cerebrales y diabetes, se prevé que el tabaquismo matará a 28,200 personas adultas en Nueva York solo este año.
El cáncer de pulmón es la causa número uno de muerte por cáncer en Nueva York tanto para los hombres como para las mujeres, y más del 80% de las muertes por cáncer de pulmón en EE. UU. están relacionadas con el tabaquismo. En 2023, aproximadamente 14,150 personas en Nueva York serán diagnosticadas con cáncer de pulmón y se calcula que aproximadamente 6,330 morirán a causa de la enfermedad. Dicho esto, el cáncer de pulmón no es el único cáncer que resulta del consumo de tabaco; al menos 12 tipos de cáncer se han relacionado con el consumo de tabaco. Cuando se combinan, los cánceres relacionados con el consumo de tabaco representan el 40% de todos los diagnósticos de cáncer, y el consumo de cigarrillos causa 3 de cada 10 de todas las muertes por cáncer.
Existen inequidades generalizadas en cuanto a quién desarrollará y morirá a causa de determinados tipos de cáncer. El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en los hombres de raza negra y la segunda causa principal en las mujeres de raza negra. La mortalidad por cáncer relacionado con el tabaco es más alta entre las personas de raza negra que entre las personas de raza blanca, esto se debe principalmente a la prevalencia históricamente más alta de tabaquismo. Si no tomamos medidas para reducir el impacto del tabaco en la vida de las personas de color, veremos cómo las inequidades de salud se agravan. Deberíamos tomar medidas para reformar las inequidades de salud sistémicas, no para impulsarlas. Nuestras comunidades merecen algo mejor.
Es hora de que los líderes estatales de una vez por todas se tomen en serio la reducción de las tasas de consumo de tabaco y, con ello, la incidencia y las muertes por cáncer. Si queremos poner fin al impacto mortal que el tabaco tiene en nuestros niños y comunidades, entonces debemos adoptar una estrategia integral que comience con la eliminación de los productos aromatizados, como los cigarrillos mentolados, de las herramientas de la industria tabacalera, aumentando el impuesto sobre los cigarrillos y todos los demás productos de tabaco y brindado un mayor apoyo a los programas para dejar de fumar, como el Programa de Control del Tabaco del Estado de Nueva York.
Los líderes estatales deben rechazar el miedo y las mentiras que siembra la industria tabacalera y, en cambio, seguir los hechos. Insto al presidente de la Asamblea, Carl Heastie, así como a la presidenta provisional del Senado y líder de la mayoría, Andrea Stewart-Cousins, a que apoyen este esfuerzo por el bien de la salud y la calidad de vida de sus votantes. Miles de personas en Nueva York morirán a causa de cánceres relacionados con el tabaco y otras enfermedades y afecciones relacionadas con el tabaquismo si no hacemos frente a la industria tabacalera.
Michael Davoli es el director principal de relaciones gubernamentales de Nueva York para la Red de Acción Contra el Cáncer de la Sociedad Americana Contra el Cáncer (ACS CAN).