Nuestra conversación con la voluntaria y sobreviviente de cáncer de mama, Debbie Pearsall

Compartir

Nuestra conversación con la voluntaria y sobreviviente de cáncer de mama, Debbie Pearsall

¿Por qué no?

Cuando le pregunté a la voluntaria de Tennessee, Debbie Pearsall por qué se involucró en la defensa del cáncer, esa fue su respuesta. Y después de hablar con esta mujer extraordinariamente fuerte, parece ser un lema que la ha llevado a lugares que nunca podría haber imaginado. Debbie es una sobreviviente de cáncer de mama. Pero, cuando sintió por primera vez ese bulto en su mama derecha, no tenía cobertura de salud y estaba "quebrada económica y emocionalmente".

Dejó muy claro que hoy no estaría viva si no fuera por un programa conjunto federal-estatal que garantiza que las mujeres de  ingresos limitados y sin cobertura de salud tengan acceso a un mamograma y al tratamiento para cáncer de mama. 

Cada año, en el Congreso y en la legislatura de tu estado, ACS CAN trabaja para proteger y aumentar los fondos destinados para este programa que salva vidas. ¿Por qué? Bueno, la respuesta es bastante simple, por personas como Debbie Pearsall. 

Cuéntame tu historia de cáncer. 

Una noche en la ducha, decidí hacer un autoexamen, esperando no encontrar nada como siempre. Y luego, mis dedos lo encontraron. 

Mi mamá es una sobreviviente de cáncer de mama desde hace 17 años. Tuvimos exactamente el mismo cáncer casi a la misma edad, solo que en una mama diferente. El cáncer de mi mamá fue detectado en una etapa temprana, por lo que su tratamiento fue diferente. Gracias a Dios, nuestro resultado, hasta ahora, ha sido el mismo. 

¿Cómo te enteraste acerca del programa de cáncer de mama de tu estado? 

Me preguntaba si algún médico iba a atender a una paciente que no tiene medios económicos ni asistencia médica. Estaba investigando en línea y leí sobre eso. Llamé a mi departamento de salud local y me admitieron de inmediato. 

¿Qué hizo el programa por ti? 

Me proporcionó una vía de acceso para que me hicieran las pruebas, me diagnosticaran y me brindaran tratamiento. Básicamente me dio la puerta de entrada a la supervivencia. Mi vida hubiera acabado. Si no hubiera sido por ese programa, estoy bastante segura de que hoy no estaría aquí. Ese programa es mi milagro. 

¿Has conocido a otras mujeres con historias similares a la tuya? 

Conocí a tres mujeres mientras estaba en tratamiento. Dos de ellas estaban en la sala de tratamiento. Cuando estás en la habitación recibiendo tratamiento, estás en bata. Estás vulnerable y calva.

"Estoy contigo", me dijo una de las mujeres. Ella había perdido su trabajo durante la caída del mercado inmobiliario. A los 54 años tenía problemas para encontrar trabajo, trabajaba en una tienda sin tener beneficios. El programa le brindó acceso al diagnóstico y al tratamiento. Lamentablemente, falleció de cáncer de mama triple negativo. 

A principios de este año, hablaste en una sesión informativa para miembros del Congreso de los Estados Unidos. ¿Cómo surgió la idea?

Me invitó Caroline Powers de ACS CAN. Cuando me preguntó si lo haría, mi respuesta fue: "¿Por qué no?" A los 50 años, nunca había viajado sola en mi vida, pero me dije: "Debbie tienes que ponerte las botas, aguantar y hacer que suceda". Fue una de las experiencias más aterradoras, reveladoras y gratificantes en las que me he obligado a participar. Después de hablar, un miembro del personal de la oficina del Senador Corker se me acercó y me explicó que había perdido a su madre a causa del cáncer y que la importancia de lo que ACS CAN puede lograr hacer es fenomenal. A veces no me lo creo cuando lo pienso. Es absolutamente asombroso. Estoy muy orgullosa de formar parte de esto.

¿Por qué deberían involucrarse otras personas con ACS CAN? 

¿Por qué no? Animaría a cualquiera persona a hacerlo. El crecimiento personal, lo que produce en tu interior, es asombroso, verdaderamente asombroso. Tengo la obligación de ayudar.

¿Quisieras compartir un pensamiento final?

Cuando tu oncólogo te dice que eres un milagro que camina y habla, eso te conmueve. Una joven me dijo una vez: "Acabo de hacerme mi primer mamograma gracias a ti".  [Ser diagnosticada con cáncer es] la hermandad a la que nadie quiere unirse, pero hay muchas bendiciones que surgen de ello.